Una mirada, si, una sola mirada para poder volar y tener a las nubes como compañeras de viaje.
Una sola mirada de dulce color, de lágrimas de sol y de nectar de flores silvestres.
Una sola mirada capaz de enfriar la ira, apaciguar el lamento y reposar el cansancio.
¿Y después?
Después un abrazo, si, un solo abrazo creado desde la ternura más íntima y el amor más puro.
Un solo abrazo capaz de acallar a las campanas anunciadoras de la muerte y animar dias grises, tristes y sin suerte.
Un solo abrazo, un olor, un enfado, una sonrisa, una broma, un baile, una confesión, una alegria, una pena, un dia sin ti, un precipicio, una caida, un regreso desde el averno a la tierra sin poder echar la vista hacia atrás, un cascabel que habla de ti cuando no estás y, de nuevo, una mirada...
Tus ojos, tu sonrisa, tu mirada.
La felicidad concentrada en una sola persona, amar...